
Introducción
En las últimas décadas, pocos conceptos han adquirido tanto protagonismo como la resiliencia, la capacidad de un sistema de responder a los cambios y de seguir desarrollándose. Ha habido una explosión de investigaciones sobre las maneras de promover o debilitar la resiliencia de varios sistemas, ya sea un paisaje, una zona costera o una ciudad. Sin embargo, la multitud de factores propuestos para promover la resiliencia ha dado lugar a un entendimiento algo disperso y fragmentado de lo que es crítico para crear resiliencia y de cómo estos factores pueden ser llevados a la práctica.
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